Las bendiciones del sincero estudio de las Escrituras

" Son maravillosas las bendiciones de conocimiento, comprension, revelacion y jubilo espiritual que podemos recibir al leer, estudiar y escudriñar las Escrituras. El 'deleitarnos en la palabra de Cristo' es emocionante y placentero y nos edifica. La palabra es buena 'porque empieza a ensanchar mi alma; si, empieza a iluminar mi entendimiento; si, empieza a ser deliciosa para mi' (Alma 32:28). 'He aqui, estan escritas, las teneis ante vosotros; por lo tanto, escudriñadlas' (3 Nefi 20:11), y seran 'en vosotros una fuente de agua que brote para vida eterna' (Juan 4:14). Las bendiciones llegan si invitamos la compañia y la ayuda del Espiritu Santo al leer, estudiar y escudriñar"
                                           David A. Bednar

Clave para ser mejores cada dia.. :D

"Comienza a hacer cada dia alguna cosa que sabes que deberias hacer! escribe una cosa que vas a hacer desde ahora y que hayas tenido la intencion de hacer por mucho tiempo pero que no lo hayas hecho. No se que es lo que podria ser, pero incorporala a tu vida, comenzando esta noche, una cosa que vayas a hacer y que te hara una mejor persona"
                                           M. Rusell Ballard

Dios nos da la OPORTUNIDA de ser mejores cada dia... APROVECHEMOSLA!!!

El que pierda su vida por causa de mi, este la salvara..

" El Salvador enseño a Sus discipulos: 'Porque todo el que quiera salvar su vida, la perdera; y todo el que pierda su vida por causa de mi, este la salvara' (Lucas 9:24). Creo que el Salvador nos esta diciendo que a menos que nos perdamos en dar servicio a los demas, nuestra vida casi no tiene proposito. Aquellos que viven unicamente para si mismos al final se marchitan y, en sentido figurado, pierden la vida, mientras que aquellos que se pierden a si mismos en prestar servicio a los demas progresan y florecen... y en efecto salvan su  vida"  
                                             Tomas S. Monson

La mejor forma de encontrar felicidad :D

"La felicidad mas grande del hombre proviene del perderse a si mismo para beneficio de los demás"

Venid, y subamos al monte del Señor

" Al escalar, no bajen a los sauces; permanezcan en lo alto de la montaña. ¡Ustedes son valiosas hijas de Dios! y debido al conocimiento que tenemos de nuestra identidad divina, todo debe ser diferente para nosotras: nuestra forma de vestir, nuestro lenguaje, nuestras prioridades y nuestra atención.
No debemos buscar la guía del mundo, y si nuestra verdadera identidad ha quedado opacada por errores o pecados, podemos cambiar; podemos dar la vuelta, arrepentirnos y volver a la virtud. Podemos subir y salir de los sauces. La expiación del Salvador es para ustedes y para mi, y El nos invita a cada una a venir a El "
                                                               Elaine S. Dalton

¡Comiencen desde ahora jóvenes!

 " Elevar el nivel a una norma fisica mayor... Podria incluir mejorar su apariencia fisica. Se espera que un misionero se vista de cierta manera y que proyecte una imagen pulcra que incluya un corte de cabello adecuado, una buena afeitada, una camisa blanca limpia, una corbata, un traje bien planchado y finalmente, un par de zapatos bien lustrados. Comiencen ahora a prepararse para una mision al adoptar la apariencia de un misionero de tiempo completo"
                                                   L. Tom Perry

La verdadera belleza

" Que verdaderamente bella es la jovencita bien arreglada que es limpia en cuerpo y mente! Ella es una hija de Dios quien su Padre Eterno se siente orgulloso. ¡Que apuesto es el jovencito bien arreglado! El es un hijo de Dios, considerado digno de poseer el santo sacerdocio de Dios "

                                                                                              Gordon B. Hinckley

El modo de vestir y la apariencia

" Su modo de vestir los presenta de una forma determinada ante otros e influye en su comportamiento y en el de los demas. Vistan de manera que hagan resaltar lo mas positivo de su persona y de los que los rodean " (Tomas S. Monson, " Para tocar el cielo", Liahona, enero de 1991, pag 51)